En la jungla sin ley que es el sistema internacional, las naciones rara vez pueden permitirse el lujo de elegir el bien o el mal. Por lo general se trata de elegir un mal menor o mayor. Es lo que pasó en la Segunda Guerra Mundial, cuando nos aliamos con Stalin para detener a Hitler, y es lo que sucede hoy en el caso de Arabia Saudita contra Irán.
Los Castro han cumplido 57 eneros en el poder. A estas alturas, la curiosidad general se limita a formular tres preguntas inquietantes: ¿por qué han durado tanto? ¿Es un fracaso, como dicen sus adversarios, o un éxito, como aseguran los simpatizantes? ¿Qué sucederá después de este larguísimo gobierno, el más prolongado de la historia de América?
Toca a la presión internacional y a las instituciones del mundo democrático vigilar muy de cerca que la oposición pueda servirse de las prerrogativas constitucionales que ha ganado en las urnas, y que cualquier intento del chavismo por cegar la vía de la legalidad sea denunciado y rechazado con firmeza.