No sé cuánto tardarán nuestros responsables políticos en volver a recordarnos que el islam es una religión de paz y que los yihadistas del Estado Islámico, al-Qaeda, Hizbolá, Hamás, la Yihad Islámica, Boko Haram y tantos otros grupos terroristas no representan su verdadero espíritu. Los seguidores del Estado Islámico han sido mucho más rápidos que ellos: “Cruzados, vamos por Uds. con rifles y bombas. Espérennos”, rezaba anoche un tuit en árabe de un conocido propagandista del EI.
Entre las actitudes habituales del antiliberalismo más rancio figuran el odio al libre comercio y la idea de que estamos gobernados por una secreta conspiración capitalista. Ha vuelto a florecer a propósito de la Asociación Transatlántica sobre el Comercio y la Inversión (TTIP), el acuerdo entre la UE y EE.UU.