El capitán Louis Renault se mostraba “escandalizado, escandalizado” al descubrir que se seguía jugando en “Casablanca” y lo mismo sucede con los investigadores de Naciones Unidas que examinan los abusos contra los derechos humanos en Corea del Norte. El mes pasado, una Comisión de Investigación oficial de la ONU proclamó el “escandalizado” testimonio de las “extendidas y graves violaciones” contra los derechos humanos de su pueblo por parte del régimen de Pyongyang. Pero ¿qué es más perturbador, los detalles conocidos desde hace tanto tiempo de la brutalidad de Pyongyang o que sólo ahora vaya a investigarla la ONU?
La comisión de investigación de Naciones Unidas sobre los abusos contra los derechos humanos en Corea del Norte empezó el pasado 20 de agosto a tomar declaración a los ciudadanos norcoreanos huidos a Corea del Sur. Se trata de la primera comisión de la ONU que investiga los abusos contra los derechos humanos en Corea del Norte y si se podrían clasificar como crímenes contra la humanidad.
El “Estado del Bienestar” es la manida frase que describe los programas estatales o “beneficios sociales” que un país paga con el dinero del contribuyente. El concepto viene del alemán Wohlfahrtsstaat (Welfare State en inglés). En pocas palabras, es un concepto humanista y noble, que intenta garantizar una base de seguridad para todos los ciudadanos de un país. Sin embargo, el “Estado del Bienestar” también es considerada táctica necesaria para la estrategia estatal de muchos gobiernos y líderes déspotas que buscan acrecentar su poder vendiendo la idea del sueño igualitario de la sociedad utópica.