En su discurso de ayer el presidente Obama tuvo que caminar en la cuerda floja para balancear la narrativa entre echarse flores por el progreso económico y admitir que los americanos ven una economía débil, estancada apenas salen a la puerta de casa.
Pero hay una explicación más simple y más fáctica: En realidad, los indicadores económicos no son tan buenos.
Los medios de comunicación financieros están descubriendo que la China se ha atrapado a sí misma en una perjudicial política monetaria, uniéndose así a la larga lista de países en esa misma situación. Lo siguiente es que los medios de comunicación deberían comprender que la China no se enfrenta a una crisis sino a un problema a largo plazo para deshacer los efectos de malas decisiones tomadas a lo largo de varios años.