Nelson Rolihlahla Mandela, el primer presidente democrático de la Sudáfrica post-apartheid, ha fallecido en su casa de Johannesburgo tras meses luchando contra una enfermedad pulmonar crónica. El actual presidente sudafricano, Jacob Zuma, se dirigió ayer por la tarde a la nación para anunciar la muerte de Mandela y honrar su legado, afirmando que “Nelson Mandela fue un héroe de nuestro tiempo”. Mandela tenía 95 años.
En Estados Unidos, los tribunales a menudo dictaminan el resultado de unas elecciones cuando éstas están muy igualadas, actuando como una herramienta de mediación entre los candidatos, para garantizar así la legitimidad de los resultados. Al final, lo peor que puede suceder es que se declare a alguien como perdedor de las elecciones. Puede que se arruinen las esperanzas y los sueños de algunas personas, pero la vida sigue.
El “Estado del Bienestar” es la manida frase que describe los programas estatales o “beneficios sociales” que un país paga con el dinero del contribuyente. El concepto viene del alemán Wohlfahrtsstaat (Welfare State en inglés). En pocas palabras, es un concepto humanista y noble, que intenta garantizar una base de seguridad para todos los ciudadanos de un país. Sin embargo, el “Estado del Bienestar” también es considerada táctica necesaria para la estrategia estatal de muchos gobiernos y líderes déspotas que buscan acrecentar su poder vendiendo la idea del sueño igualitario de la sociedad utópica.
Paralelamente a la asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Guatemala, el secretario de Estado John Kerry se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Elías Jaua, en representación del gobierno de Nicolás Maduro, tan deficientemente democrático, proclive a las crisis, elegido a dedo por el difunto Hugo Chávez y autoproclamado vencedor de las elecciones presidenciales del pasado 14 de abril.