La Fundación Heritage, en colaboración con colegas expertos en el medio ambiente, ha publicado unos parámetros para el progreso: la Ética de la Conservación en Estados Unidos. Esta Ética refleja la aspiración de cada americano de crear un entorno más limpio, más saludable y más seguro para las generaciones futuras.
El presidente Obama comentó en 2010 que fracasadas “compañías como Solyndra siempre serán el verdadero motor del crecimiento económico”. No podría estar más equivocado. Las compañías que están innovando y creando un valor real para los consumidores son el motor del crecimiento económico y lo están haciendo sin los millones de la financiación a cargo del contribuyente.
Los ambientalistas de izquierda continúan luchando contra el auge del petróleo y del gas natural en el país. Ese auge tiene potencial no sólo para revitalizar ciertos sectores de la economía americana, sino para infundir vitalidad económica en algunas de las comunidades económicamente más angustiadas de la nación. No se sorprenda cuando estas comunidades hagan frente a la extralimitación regulatoria y a la histeria medioambiental.
Hoy, el Senado vota sobre el destino de una las regulaciones más costosas de todos los tiempos. Una regulación que amenaza con crear unos Estados Unidos sin nuevas centrales térmicas de carbón y en el que los productores de energía existentes podrían tener que echar el cierre, eliminando empleos y haciendo que la electricidad sea espectacularmente más cara.