La Cámara de Representantes votará hoy sobre una propuesta que dejaría el límite de la deuda en suspenso hasta el 19 de mayo, proporcionando un poco más de tiempo para el debate presupuestario general. Esto no hace otra cosa que postergar las difíciles decisiones necesarias para conseguir poner en orden la situación fiscal del país.
Los miembros del Congreso (que van a debatir mañana mismo sobre el aumento del límite de la deuda) deberían haber prestado ayer mucha atención. El presidente dejó muy claro que él no ve la urgencia de reducir la deuda y recortar el déficit. De hecho, en su segundo discurso de toma de posesión, el presidente Barack Obama se mostró honesto en cuanto a sus intenciones de hacer crecer el gobierno con el fin de rehacer nuestro país siguiendo su visión progresista.
En todo Estados Unidos, las familias están balanceando sus presupuestos e incluso saldando sus deudas. Desde el pánico financiero de 2008, la deuda privada ha caído a medida que los americanos se han ido apretando el cinturón y devolviendo sus préstamos. Por desgracia, algunos se tuvieron que declarar en bancarrota debido a que sus deudas se hicieron demasiado grandes. Pero Washington no se puede declarar en quiebra; en cambio, debe seguir el ejemplo de millones de americanos y reducir el gasto para vivir dentro de sus posibilidades.