Washington está que arde y no se trata solo de la temperatura. Propuestas que compiten para lo del límite de la deuda, amenazas presidenciales de veto y acalorada retórica entre partidos y partes, todo ello contribuye a que el ardor político esté que quema al tiempo que la retórica del presidente aparentemente está diseñada para llevar a los mercados a una crisis a toda velocidad. El plan del presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, (R-OH), para el asunto del límite de la deuda provocó una revuelta conservadora después de …
La izquierda fundamenta su plan en una peligrosa mala interpretación de la Decimocuarta Enmienda. Emplean una retórica engañosa para pintar como los salvadores de la Constitución a los que tanto gastan. Dicen que es la solución constitucional para proteger nuestra economía del supuesto Armagedón que supondría el impago de la deuda o unas devastadoras reducciones del gasto.
Con $14 billones de deuda y estamos discutiendo si nos endeudamos más o no y si lo pagamos con más impuestos o no. El presidente Obama y su partido dicen que sí. Los republicanos dicen que no. La confrontación está servida. Esta semana seguramente nos enteraremos de quién gana esta “épica batalla”, si acabaremos más o menos endeudados y si nos freirán a impuestos un poco más o no.
El Congreso no debería aumentar el límite de la deuda sin poner el gasto bajo control. La legislación del límite de la deuda debería poner a Estados Unidos camino de la reducción del gasto federal y el endeudamiento a la vez que se preserva la capacidad de proteger a América sin subir los impuestos.
La propuesta de la Banda de los Seis es totalmente inadecuada para que el Congreso cumpla con la solemne responsabilidad de proveer la seguridad de la nación. Los partidarios del plan ofrecen sólo vagas descripciones acompañadas por cifras inciertas y pidiendo al Congreso que promulgue la propuesta y que el Presidente la firme por la vía rápida. ¿No les suena a la reedición de TARP?