La investigación muestra que la familia que permanece intacta se corresponde con la calidad del tiempo pasado en familia y con otros funcionamientos y dinámicas familiares positivos de modo que pueden reforzar los buenos resultados tanto entre niños como adolescentes. Así que fortalecer la familia tradicional debería ser un componente clave de las normativas y programas que buscan fomentar el bienestar infantil.
Como muestra El Gráfico de la Semana, Estados Unidos está camino de la misma suerte y hace falta políticos valientes que sepan enfrentar la situación y no nos prometan el cielo cuando no pueden dárnoslo. Hay que agarrar el toro del déficit por los cuernos y no permitir que la deuda siga en aumento porque si no, acabaremos como Europa.
Los casi 80 diferentes programas de bienestar social que opera el gobierno federal también necesitan una reforma sustancial. En lugar de abordar las causas de la pobreza, el enfoque de Washington ha sido gastar más dólares del contribuyente –cerca de $ 1 billón por año– en un creciente número de programas que tienden a atrapar a los pobres en la pobreza. Ninguno de estos programas incluye disposiciones funcionales para promover la responsabilidad personal, como los requisitos de trabajo y límites de tiempo. Y el gobierno ha hecho mucho más fácil que la gente reciba asistencia social desalentando el trabajo.
No importa lo que la retórica electoral inspire en estos días, los hechos puros y duros hablan de una realidad distinta a la que nos quieren pintar. El presidente ha gastado demasiado y por el camino, nos ha endeudado mucho más de lo imaginado. Lo mejor que podríamos empezar hacer para alterar este rumbo a la bancarrota es empezar a frenar el gasto. Así evitamos terminar en la triste situación de Europa. Pero en año electoral, nos ofrecerán que nos van a dar más cosas, aunque no tengan con qué pagarlas.
Aunque Europa necesita soluciones, desde luego que no debería estar mirando al presidente Obama en busca de respuestas. Durante su mandato, el desempleo ha subido, más gente está desempleada durante más tiempo, los precios del combustible son más altos, el costo del seguro médico ha aumentado, la deuda nacional es mayor, el gasto federal se ha incrementado, más americanos necesitan estampillas de comida, los costos de los regímenes reguladores son mayores, el valor de las casas ha descendido, la recuperación económica de Estados Unidos es históricamente lenta y aunque el gasto federal en educación ha aumentado, los resultados siguen igual de planos.
Como muestra El Gráfico de la Semana, el Plan de Heritage busca reducir el gasto, arreglar la deuda y restaurar la prosperidad. Lo mejor es que lo hace sin subirnos los impuestos. Bastante pagamos ya. Para Salvar el Sueño Americano nos baja los impuestos y frena el gasto desbocado que nos está llevando a la ruina. Pero además de ser un plan de naturaleza económica, “tiene un propósito moral más alto. Si los derechos a beneficios no se reforman, la próxima generación y las futuras tendrán que pagar tasas de impuestos punitivos que pondrán fin a la libertad como la hemos conocido”.