Estamos a las puertas de conmemorar los 70 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, que en Europa concluyó en mayo y en Asia, definitivamente, en agosto. Y no es, bien sabemos, la única conmemoración cercana referida a los conflictos mundiales. El año pasado se cumplían los 100 años del inicio de la Primera Guerra Mundial. La suma de ambas guerras fue de cerca de 100 millones de bajas, entre civiles y militares. Además de la irreparable pérdida de vidas humanas, la destrucción material fue incalculable.
El concepto de “guerra humanitaria”, argumenta, es realmente peligroso. “Las naciones deberían estar obligadas por ciertas normas morales en caso de que se vean involucradas en una guerra. Pero durante siglos esto se ha relacionado principalmente con las circunstancias bajo las que se debería hacer la guerra. Ahora, con la doctrina de la guerra humanitaria, esas circunstancias se están ampliando”.
Hoy en día, la libertad económica todavía depende de la fortaleza de las instituciones de seguridad nacional de América. Estados Unidos debe reconsiderar seriamente su compromiso con el Tratado sobre Derecho del Mar que socava la soberanía del país al interferir con las operaciones de la Marina de Estados Unidos en alta mar y podría costar billones de dólares en ingresos perdidos. La capacidad de la Marina de Estados Unidos para proteger la libertad de los mares hoy en día sigue siendo de vital importancia a medida que las tensiones en el Mar Meridional de China siguen creciendo.