El veredicto de ayer en el juicio del cabo Bradley Manning es un importante hito en el actual debate sobre el manejo de información secreta.
El tribunal militar halló a Manning culpable de casi todos los cargos y acusaciones presentados contra él, pero no culpable de lo que se podría decir que era la acusación más grave: ayudar al enemigo. Todo ello en relación con la filtración, admitida por el mismo Manning, de miles de documentos clasificados a Julian Assange y su página web WikiLeaks.
La ciudad de Nueva York está plagada de individuos que vienen a cobrar su parte correspondiente por los errores de la administración Obama. Apenas había terminado el presidente Obama su alocución ante la Asamblea General de la ONU (en la que por un lado defendió el principio de la libertad de expresión y por otro denunció el ejercicio de la misma si esta daña los sentimientos religiosos musulmanes) cuando ya estaba siendo atacado por otros oradores.