El presidente Obama y su gobierno han enviado mensajes confusos sobre la política de Estados Unidos en Medio Oriente. En su discurso del año pasado ante la Asamblea General de la ONU, Obama despertó unas expectativas que él no era capaz de satisfacer cuando exhortó a la consecución de un estado palestino independiente y soberano en el espacio de un año, justo para estas fechas en las que se reune la Asamblea.
El enfoque de Obama [al proceso de paz] no ha conseguido nada. A cambio, los palestinos le pagan el favor con una campaña en la ONU que parece diseñada para humillar a la Casa Blanca. Al igual que Jimmy Carter anteriormente, Obama está descubriendo que cuando los presidentes americanos sostienen una posición de acomodo y ambivalencia en asuntos internacionales, se aprovechan de ellos. La debilidad invita a la agresión.
La Primavera Árabe es el evento político más grande que haya sucedido en Oriente Medio en siglos. Estados Unidos debería ser cuidadoso y jugar bien sus cartas, apoyando la causa de la libertad pero al mismo tiempo sin permitir que elementos extremistas, antioccidentales llenen cualquier vacío de poder. Hay demasiado en juego como para tomar las decisiones políticas equivocadas.