Estados Unidos es una nación excepcional, pero no debido a lo que ha alcanzado o logrado. Estados Unidos es excepcional porque, a diferencia de cualquier otra nación, está consagrada a los principios de la libertad humana, fundamentados en las verdades de que todos los hombres son creados iguales y dotados con iguales derechos.
Cuando el gobierno tiene dificultades para ponerse de acuerdo en aprobar nuevas iniciativas, se gasta menos dinero de nuestros impuestos. Los Padres Fundadores querían que los americanos estuviesen realmente seguros de una posible nueva ley antes de implementarla. En este sentido, no es algo malo tener un gobierno dividido y que “no hace nada”.
El columnista del periódico Washington Post E.J. Dionne no está contento con que los conservadores se estén invistiendo con el manto de la Constitución. “Estos días no se puede hablar durante mucho tiempo con un conservador sin escuchar las palabras ‘constitucional’ y ‘constitucionalista’”, comentó Dionne en una columna publicada el domingo.
El Día de la Independencia (y cada día) los americanos deberían recordar y celebrar la imperecedera expresión de la Declaración de nuestros derechos, otorgados por Dios, a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad y rememorar a todos aquellos (pasados, presentes y futuros) que comprometen sus vidas, su libertad y su sagrado honor para defender estas verdades.