Estamos a las puertas de conmemorar los 70 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, que en Europa concluyó en mayo y en Asia, definitivamente, en agosto. Y no es, bien sabemos, la única conmemoración cercana referida a los conflictos mundiales. El año pasado se cumplían los 100 años del inicio de la Primera Guerra Mundial. La suma de ambas guerras fue de cerca de 100 millones de bajas, entre civiles y militares. Además de la irreparable pérdida de vidas humanas, la destrucción material fue incalculable.
“Deben de dormir en Nueva York”, musita Rick en “Casablanca” cuando comprende que no hay forma de escapar de la guerra. “Deben de dormir en toda América”.
Es importante recordar esta frase para celebrar el 70º aniversario del Día D. La conversión de Rick de pacifista a patriota en este clásico de 1942 reflejaba la transformación de Estados Unidos después de Pearl Harbor: del aislacionismo a llevar la lucha hasta la frontera de la libertad.
Para mí y para muchos otros veteranos, el Día de los Caídos se resume en una experiencia inolvidable. Ese momento para mí ocurrió mientras todavía vestía el uniforme y enseñaba en West Point. Concretamente cuando llevé a un grupo de cadetes para un viaje de estudios por los campos de batalla de Normandía.