Hoy empiezan las audiencias ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes y ante los Comités de Inteligencia de la Cámara y del Senado sobre el atentado terrorista contra el consulado de Estados Unidos que acabó con la vida del embajador Christopher Stevens y de otros tres americanos en Bengasi, Libia, el pasado 11 de septiembre.
El pasado día 9 dimitió el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), David Petraeus. Hay pocos puestos en el gobierno más vitales que el del jefe de la agencia cuya principal responsabilidad es proporcionar la información de inteligencia estratégica que los presidentes utilizan para tomar sus decisiones más urgentes sobre seguridad nacional y política exterior. Además, la agencia realiza sensibles operaciones encubiertas para proteger los intereses de Estados Unidos, muchas de ellas muy arriesgadas.
Ahora que el presidente Obama ya no se enfrentará nunca más a una reelección, es momento de que acabe la campaña electoral. La perpetua retórica política y las promesas ya no tienen importancia. Se necesita acción (y liderazgo) en algunos asuntos apremiantes que amenazan a Estados Unidos. El sustento, la protección y la libertad del pueblo americano están amenazados.