No importa que la seguridad financiera de millones de americanos y otros resulte perjudicada en el proceso. La administración necesita lo que ya ha denominado “el desplome Boehner” —en referencia al presidente republicano de la Cámara de Representantes John Boehner— para tratar de salirse con la suya en las negociaciones del límite de la deuda.
Con $14 billones de deuda y estamos discutiendo si nos endeudamos más o no y si lo pagamos con más impuestos o no. El presidente Obama y su partido dicen que sí. Los republicanos dicen que no. La confrontación está servida. Esta semana seguramente nos enteraremos de quién gana esta “épica batalla”, si acabaremos más o menos endeudados y si nos freirán a impuestos un poco más o no.
Desde que fue elegido presidente estuvo en la implementación de políticas que inmediatamente detuvieron el crecimiento empresarial y asustaron a los empleadores que ya no quisieron ni contratar ni ampliar sus negocios. Esas políticas han dejado la economía dando tumbos a corto plazo, a largo plazo y a todo plazo.
Uno no puede infravalorar los riesgos que representa para nuestro país [tener] una comunidad americana de inteligencia que es incapaz de surtir análisis oportuno y objetivo sobre semejantes amenazas tan serias para la seguridad nacional de Estados Unidos — o de hacer los ajustes apropiados cuando se demuestra que se equivoca. Si las agencias de inteligencia de Estados Unidos no pueden o no quieren hacer esto bien, ¿qué otras cosas no están detectando?