Aprobar proyectos de ley para averiguar qué contienen… eso era en 2010, ¿verdad? Por desgracia, no.
Es probable que un día de estos el Congreso libere el caballo de Troya de un billón de dólares que es el proyecto de ley de gasto para 2014. Va a ser grande y se va a hacer a la carrera. Y pocos miembros del Congreso se lo van a leer siquiera (si es que lo hace alguno).
En 2013, el gasto federal se acercó a los $3.5 billones. Es complicado hacerse una idea de lo que significa esa cifra. Supone alrededor de $27,000 para cada hogar americano.
En todo Estados Unidos, las familias balancean sus presupuestos, ponen freno al gasto y saldan sus deudas. Si los americanos lo pueden hacer, ¿por qué no el gobierno federal?
Para todo aquel que esté preocupado con el tamaño del déficit y la deuda, el jueves trajo una buena noticia desde Washington: La Cámara de Representantes de Estados Unidos rechazó el proyecto de ley agraria que representaba un gasto de casi un billón de dólares. Pero aunque es una victoria, es sólo una temporal porque no significa la muerte de la ley. En el Congreso de Estados Unidos, los proyectos de ley no aprobados son como zombis: Muertos vivientes a los que reaniman cuando uno menos se lo espera.
¿Se acuerda Ud. de la deuda? ¿Ese problema de $17 billones? Pues parece que en Washington hay quienes creen que se ha esfumado.
El Washington Post informó de que “la deuda nacional ya no está creciendo sin control”. Y los legisladores y progresistas pertenecientes a las distintas organizaciones presentes en la capital están planteando la idea de que ya no es una de nuestras principales prioridades.