En su famoso discurso “Tiempo para elegir”, Ronald Reagan observó: “Éste es el tema de estas elecciones: si creemos en nuestra capacidad de autogobierno o si abandonamos la revolución americana y reconocemos que una pequeña élite intelectual, desde un lejano Congreso, puede planificar nuestras vidas mejor de lo que las podemos planificar nosotros mismos”.
Los que no apoyan el libre comercio dicen que Estados Unidos ha aprobado diversos tratados comerciales. “Y el resultado es siempre el mismo: las otras naciones se benefician de las pérdidas de Estados Unidos”.
Eso es totalmente erróneo. Según los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) y de la Reserva Federal, el empleo en Estados Unidos ha subido un 15% desde que el NAFTA/TLCAN entró en vigor. Y la producción industrial de Estados ha subido un 40%. ¡Vaya diferencia!
El Congreso está actualmente discutiendo el futuro de los programas agrícolas de Estados Unidos. En 2011, los contribuyentes subsidiaron a los agricultores con un total de $10,400 millones mediante pagos públicos. Ahora, imagine que el gobierno tuviera un modo de incrementar los pagos a los agricultores a la vez que reduce a cero los subsidios del contribuyente.
Pues tal política de actuación existe. Se llama libre comercio.
Recientemente se informó de que el gobierno federal está considerando el comprar 400,000 toneladas de azúcar para apuntalar los precios en beneficio de los productores azucareros. El gobierno vendería luego el azúcar con una pérdida de 10 centavos por libra, con un costo para los contribuyentes de $80 millones.