Muchas veces la historia de la humanidad brinda ejemplos de coraje, entrega y convicción en las ideas de libertad. Quizá el siglo XX tiene entretejida una contradicción de desesperanza y terror, pero también de esas duras circunstancias emergieron voces activas que dejaron testimonio de que todo no estaba perdido y que era válido seguir dando la batalla por nobles ideales humanos.
El crimen de resistir es a la larga la consecuencia de defender la convicción en valores trascendentales, generación de cambios en una sociedad completamente adversa ya sea por la implementación del terror o el peligro de una muerte inminente, es en sí un ejemplo que muchos han ejercido pero por distintas razones hemos dejado lentamente en el olvido.
La gente que produce su dinero trabajando y arriesgándolo quiere protegerlo de la inmensa voracidad del Estado que no sabe ya cómo exprimirnos más. ¿Por qué hay que castigar el éxito? ¿Por qué un artista o un futbolista ¡o cualquiera! tiene que pagar más de la mitad de sus ingresos al Estado? ¿Dónde está lo moral en ello? ¿Cuánto es lo justo?