Estados Unidos es una nación excepcional, pero no debido a lo que ha alcanzado o logrado. Estados Unidos es excepcional porque, a diferencia de cualquier otra nación, está consagrada a los principios de la libertad humana, fundamentados en las verdades de que todos los hombres son creados iguales y dotados con iguales derechos.
No poco revuelo ha causado la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de conminar a todos los estados de la Unión a que integren en sus respectivos ordenamientos el matrimonio homosexual o eliminen las prohibiciones expresas de ese tipo de matrimonio. Pero desviándonos del debate respecto de la justicia o necesidad del matrimonio homosexual, he notado que en toda la discusión provocada no se ha tocado mucho un punto cuya relevancia trasciende a este caso: el régimen constitucional.
El objetivo del Estado Islámico es expandirse por el mundo musulmán hasta que todos los creyentes estén bajo su mando. Los terroristas de al-Bagdadi siembran el pánico allí donde ejercen su dominio. Las ejecuciones sumarias de los que se oponen a sus mandatos y las campañas de exterminio de infieles son dos de sus características más espantosamente célebres.