Y hoy, en Detroit, que en julio tuvo el mayor índice de desempleo de las áreas metropolitanas del país, el presidente Obama va a aparecer con varios presidentes sindicales, incluyendo Richard Trumka de la AFL-CIO, James P. Hoffa de los transportistas Teamsters y Bob King de la UAW, para pregonar su rescate de la industria automovilística y ese plan del que todavía no sabemos nada y que supuestamente va a solucionar la economía.
La obsesión de la primera dama Michelle Obama con la “obesidad infantil” ha molestado a muchos desde que comenzó hace dos años, especialmente a los que piensan que sermonear a los padres desde la Casa Blanca debe reservarse para asuntos más urgentes. Ahora se está volviendo algo más serio ya que los reguladores de alimentos están comenzando a violar la libertad de expresión de los anunciantes.
Ayer, el presidente anunció que el economista de la Universidad de Princeton Alan Krueger reemplazará a Austan Goolsbee como el principal asesor económico de la Casa Blanca. Y aunque Krueger jugará un papel prominente en el desarrollo de la estrategia económica de la Casa Blanca, Lachlan Markay, de Heritage, informa de que las antiguas investigaciones académicas de Krueger no coinciden con la postura de la Casa Blanca sobre los supuestos beneficios estimulantes de la ampliación del seguro de desempleo