Ha pasado una semana desde que el presidente Barack Obama anunciara su último plan de “estímulo” y, a pesar de su gira a través del país con la intención de vender sus propuestas al pueblo americano, el comandante en jefe se está encontrando con que su mensaje de más impuestos y gastos no convence. Entre tanto, el presidente del Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, Paul Ryan (R-WI), ha detallado una forma marcadamente distinta de ayudar a que la economía de Estados Unidos regrese por sus fueros.
Aunque el Seguro Social sí tiene parecido a una estafa piramidal ya que ha prometido mucho más en beneficios a jóvenes americanos de lo que posiblemente pueda pagar, estas deficiencias pueden arreglarse de forma relativamente fácil si los líderes políticos están dispuestos a hacerle frente al desafío. Las estafas piramidales no tienen arreglo ya que son engendros criminales diseñados para engañar a los participantes.
Aunque las opiniones sobre la política de Estados Unidos post-11 de septiembre van y vienen, los hechos quedan: Estados Unidos ha frustrado 40 complots terroristas a través de un combativo y exhaustivo plan ofensivo para proteger la nación. No es un plan para abandonarlo ahora en plena era de un terrorismo de cada vez más alta tecnología.
La pobreza es un serio problema que exige soluciones serias. Pero los responsables políticos y el público necesitan información correcta sobre lo que verdaderamente significa la pobreza en Estados Unidos. Solo entonces pueden poner en marcha las políticas adecuadas para ayudar a esos americanos que verdaderamente lo necesitan.
Este fin de semana en el que conmemoramos el 10º aniversario de los atentados del 11 de septiembre sería bueno reflexionar por qué es vital y necesario mantener una defensa que proteja a Estados Unidos. Como dijo George Washington en su primer discurso anual al Congreso en 1790: “Estar preparados para la guerra es uno de los medios más eficaces para mantener la paz”.