Mientras los americanos se daban prisa en estos días para presentar a tiempo su declaración de impuestos, probablemente no le dedicaron mucho tiempo a pensar cómo hemos llegado hasta este punto. Pero el actual impuesto sobre los ingresos, mediante el cual el gobierno federal obtiene la mayor parte de su recaudación gracias a las aportaciones de los ciudadanos, es algo relativamente nuevo.
Los americanos se despiertan hoy en el peor “lunes” que tendrán en todo el año: El Día de la Declaración de Impuestos.
La mayoría de americanos teme este día – y con razón. Más allá de la enorme factura que los americanos pagan al gobierno, el código tributario es tan complejo que es difícil averiguar qué le debemos al Servicio de Impuestos Internos (IRS). Se trata de un sufrimiento para los contribuyentes y una enorme sangría para la economía.