Según el informe del Inspector General del Departamento del Tesoro, el IRS no sólo tenía en su punto de mira a las organizaciones del “Tea Party”; sino que perseguía a “grupos centrados en temas como el gasto público, la deuda pública, los impuestos y la educación como formas de ‘hacer de Estados Unidos un lugar mejor para vivir’”. También empezó a fijar su atención en los grupos que criticaban al gobierno o que educaban a los americanos en asuntos como la Constitución o la Carta de Derechos.
Si las autoridades bangladesíes quieren realmente prevenir otra tragedia como la ocurrida en el Rana Plaza, deberían adoptar las libertades de empresa y económica. Mediante unas regulaciones eficientes, Bangladesh podría haber salvado las vidas de algunos de los trabajadores de los talleres textiles de Rana. En cambio, eligió llenar los bolsillos de los burócratas.
La confesión de un responsable del Servicio de Impuestos Internos (IRS) reconociendo que la agencia tributaria tenía en su punto de mira a los grupos conservadores del “Tea Party” no supone ninguna sorpresa para quienes trabajan con las organizaciones y líderes del “Tea Party” en el ámbito de las bases conservadoras.
La sesión de declaraciones sobre los sucesos de Bengasi celebrada el pasado día 8 de mayo en el Comité de Supervisión y Reforma del Gobierno de la Cámara les proporcionó a los americanos el primer relato público por parte de un testigo ocular de los hechos acaecidos en Libia el 11 de septiembre de 2012.