En su discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente Obama mostró una asombrosa falta de sentido de la realidad acerca del terrorismo y la Primavera Árabe. La declaración del presidente rindiendo homenaje al “valor y el sacrificio de quienes sirven en lugares peligrosos con grandes riesgos personales” desafortunadamente suena hueca cuando se considera el tratamiento dado por la administración al atentado terrorista de Bengasi.
La pasada noche, el presidente Obama continuó con su secuestro del Sueño Americano. Utilizando un lenguaje aceptado desde hace muchos años como parte de la tradición americana, adoptó la pose de defensor del trabajo duro, la responsabilidad y otros valores tradicionales. Pero no nos deberíamos dejar engañar. Su visión del Sueño Americano no es la verdadera. Más bien se trata de la visión imaginaria que desde hace mucho tiempo han venido soñando los progresistas de Estados Unidos, pero que también ha sido rechazada desde hace mucho tiempo por el pueblo americano.