los enemigos de la nación están vigilantes. Pueden contar nuestras tropas, nuestros aviones y nuestros buques. Pueden mirar cómo las fuerzas armadas de Estados Unidos retroceden y pierden su capacidad de proyectar tropas por todo el mundo. Y se darán cuenta enseguida de que Estados Unidos no podrá cubrir sus responsabilidades globales. Esa es una invitación al tipo de amenazas de seguridad que Estados Unidos no se puede permitir — y son las amenazas a las que quizá Estados Unidos no pueda responder con sus fuerzas armadas bajo mínimos.
En política es fácil demonizar a los ricos y propalar la lucha de clases, pero destruir a las personas en vez de ayudar a otros a crecer no es forma de gobernar un país. Si los políticos de Washington quieren verdaderamente dar un vuelco a la nación, deberían centrarse en la forma de elevar el listón y ayudar a las personas a tener éxito — no en denigrar verdaderas historias de éxito para ser héroes populistas.