El presidente Obama estará de visita en Ciudad de México desde hoy hasta el 4 de mayo, donde se reunirá con su homólogo mexicano Enrique Peña Nieto.
Ambos líderes políticos han dejado claro que quieren cambiar de conversación y no dejar que la violencia desbocada y la persistente crisis de seguridad en México, que se ha cobrado más de 60,000 vidas desde 2006, dominen los titulares.
El Congreso impuso Obamacare sin que muchos de sus miembros se hubieran leído siquiera el proyecto de ley. Y ahora se está aplicando esa misma forma de legislar frenética, compleja y basada en construir castillos en el aire en el caso de la inmigración. Desde luego que las similitudes entre ambos casos asustan.
Por todo el país, los estados están buscando nuevos beneficiarios de los cupones para alimentos. El argumento del Departamento de Agricultura es que: “Los cupones para alimentos hacen a Estados Unidos más fuerte” al estimular las economías de los estados. Y los estados están respondiendo a la llamada. Según el Washington Post, “Rhode Island celebra bingos temáticos sobre el SNAP, Alabama reparte folletos en los que se puede leer: ‘Sea patriota. Lleve a casa su dinero de los cupones para alimentos’. Tres estados del Medio Oeste organizan fiestas del cupón para alimentos en las que los nuevos beneficiarios se apuntan en masa”. Y Florida incluso emplea a reclutadores.
Obamacare está “funcionando bien”, comentó ayer el presidente Obama durante su conferencia de prensa. Ha hecho que los seguros médicos sean “más fuertes, mejores, más seguros de lo que eran antes”.
Quedan apenas unos cuantos detalles por implementar, pero no nos deberíamos preocupar por ellos, según el presidente.
Financiar una fuerte defensa nacional es necesario para proteger la soberanía y los intereses de Estados Unidos. El Congreso debería trabajar para restablecer la financiación necesaria para la seguridad de modo que las fuerzas armadas de Estados Unidos puedan cumplir con su misión de proteger y defender al pueblo americano.
Según una encuesta de principios de este año, los votantes tienen una opinión más elevada de las cucarachas que de los congresistas. La popularidad personal del presidente Obama se mantiene sólida, pero el índice de aprobación de su trabajo está bajando. Entonces, ¿por qué son tan impopulares nuestros responsables electos?