“Cuando no puedas hacer que vean la luz, haz que sientan el calor”. Ayer, el sensato consejo del presidente Ronald Reagan sonaba verosímil. Los activistas de base y de grupos conservadores, liderados por Heritage Action for America (Acción por América de Heritage), desbarataron el plan para subir los impuestos a ciertos americanos y a los pequeños negocios.
A última hora de hoy, la Cámara de Representantes, liderada por los republicanos, votará sobre el “Plan B”, la más reciente e insatisfactoria propuesta presentada por el vocero John Boehner (R-OH) para evitar el abismo fiscal. El plan de Boehner protegería a la mayoría de americanos, excepto a los millonarios, de la subida de impuestos. Pero incluso este es un mal arreglo, pues ignora el problema real: el gasto.
El vocero de la Cámara de Representantes John Boehner (R-OH) y los líderes republicanos lo han vuelto a hacer. Su más reciente propuesta acerca del abismo fiscal claudica en lo que respecta a los principios conservadores fundamentales, a la vez que cede de forma lamentable y hace unas concesiones totalmente inadecuadas al presidente Obama. ¿Aprenderán alguna vez?