El Gráfico de la semana revela que, aunque se eliminara por completo el gasto en defensa, los derechos a beneficios seguirían alimentando la crisis de la deuda.
No es fácil reformar el Seguro Social, Medicare y Medicaid, pero es el paso más lógico que podría adoptar el Comité Selecto para controlar el gasto sin hacer recortes a programas vitales de seguridad nacional
Con unas primas que cada vez se disparan más, familias, personas y empresas están pagando mayores precios por la atención médica. Las nuevas normativas que impone Obamacare están repercutiendo una pesada carga en el crecimiento del empleo. Y hay pendientes aún más reglamentos que aumentarán aún más los precios.
El gasto de los 3 grandes programas requerirá la totalidad de los ingresos fiscales para el año 2049. Es una trayectoria insostenible. Los políticos prometieron mucho más allá de lo que se podía pagar y ahora, antes de convertirnos en Grecia, hace falta que enfrentemos el problema con seriedad y sin demagogias.
Este fin de semana en el que conmemoramos el 10º aniversario de los atentados del 11 de septiembre sería bueno reflexionar por qué es vital y necesario mantener una defensa que proteja a Estados Unidos. Como dijo George Washington en su primer discurso anual al Congreso en 1790: “Estar preparados para la guerra es uno de los medios más eficaces para mantener la paz”.