El artículo de opinión de Vladímir Putin publicado en el New York Times es un intento de dirigirse al pueblo americano pasando por encima de sus representantes electos. Para un profesional de la política exterior rusa, constituye también un acto de guerra informativa. Al fin y al cabo, Rusia ve a Estados Unidos como un competidor estratégico, por no decir un enemigo declarado, en la batalla por la influencia geopolítica en Medio Oriente, Europa y el resto del mundo.
Ni Putin ni Obama piensan que Estados Unidos sea excepcional. Para ellos, todos los seres humanos son simplemente ciudadanos del mundo.
Hoy, la Constitución cumple 226 años. Así que no olvidemos que ésta establece que el presidente “cuidará de que las leyes se ejecuten fielmente”.
Sin embargo, la administración Obama ha hecho justo lo contrario, retorciendo la legislación y haciendo caso omiso de las limitaciones constitucionales a su autoridad.
Es bueno que el presidente ruso Vladímir Putin y el presidente americano Barack Obama hayan encontrado algo en lo que pueden estar de acuerdo. Por desgracia, ambos están equivocados.
Ni Putin ni Obama piensan que Estados Unidos sea excepcional. Para ellos, todos los seres humanos son simplemente ciudadanos del mundo.
En un correo electrónico enviado recientemente a sus seguidores, el presidente Obama se lamentaba de la frustrante falta de competencias de su cargo. “Hay tantas limitaciones a lo que puedo hacer por mí mismo” sin el Congreso, confesaba.
En términos de interpretación constitucional, tiene razón. Pero en la práctica, el presidente ha mostrado un marcado menosprecio por los límites legales de su poder.