Estados Unidos deberá estar firmemente junto a Israel en el enfrentamiento contra la creciente amenaza nuclear de Irán. Si Jerusalén decide ejercer su derecho a la legítima defensa, entonces Estados Unidos y sus aliados deberían apoyar esa decisión, no condenarla. La brutal dictadura de Teherán ha sido advertida, con suficiente antelación, de que sus reiteradas violaciones a sus obligaciones legales en virtud de los tratados internacionales que han firmado tendrán un costo cada vez caro
Estados Unidos deberá estar firmemente junto a Israel en el enfrentamiento contra la creciente amenaza nuclear de Irán. Si Jerusalén decide ejercer su derecho a la legítima defensa, entonces Estados Unidos y sus aliados deberían apoyar esa decisión, no condenarla. La brutal dictadura de Teherán ha sido advertida, con suficiente antelación, de que sus reiteradas violaciones a sus obligaciones legales en virtud de los tratados internacionales que han firmado tendrán un costo cada vez caro
La administración Obama debería desarrollar una estrategia proactiva que aborde el creciente conflicto mediante la inclusión de políticas que mitiguen las amenazas que Irán representa para la seguridad nacional de Estados Unidos, así como una respuesta coordinada en caso de que Israel ataque a Irán. Al hacerlo, la administración Obama deberá estar firmemente junto a Israel, reconociendo así el derecho de Tel Aviv a defenderse contra un régimen empeñado en “borrar [a Israel] de las páginas de la historia”.
El presidente Obama tiene razón al afirmar que la intervención militar no es la solución para Siria, pero es un error frenar las críticas e imponer ligeras sanciones a un régimen que está asesinando brutalmente a su pueblo. Estados Unidos debe tomar medidas para ayudar a provocar la caída de Assad y poner fin a los brutales ataques del dictador contra su pueblo.