Casi 150 años después, es hora de hacer un chequeo de perspectiva. Si Lincoln podía alentar a sus conciudadanos a dar gracias en una etapa tan sombría, ¿cómo puede alguno de nosotros quejarse de su suerte? ¿Cómo podemos leer encuestas indicando que nuestros mejores días ya pasaron, que todo lo que podemos hacer es gestionar nuestro “inevitable” declive? Qué sinsentido.
Una cosa está clara a raíz del debate de la pasada noche: Estados Unidos se enfrenta a significativos desafíos en política exterior y seguridad nacional e incluso se debería prestar más atención a estos asuntos en la campaña presidencial de 2012. La Fundación Heritage se siente orgullosa por la oportunidad de haber trabajado con el AEI y la CNN para traer estos asuntos a la arena pública y promover un debate ponderado entre los candidatos republicanos.
Esta noche a las 8 p.m. (ET), ocho candidatos republicanos a la presidencia subirán al escenario en Constitution Hall, en Washington DC, para decirle a Estados Unidos cuál es su posición en política exterior y seguridad nacional durante el debate auspiciado por la Fundación Heritage y el American Enterprise Institute (AEI), transmitido por la CNN y moderado por Wolf Blitzer.
Los Fundadores abordaron la política exterior desde una evaluación realista de la idiosincracia humana y de la naturaleza de las relaciones internacionales. Asumir imprudentemente que, por ejemplo, el Irán del siglo XXI renunciará a su programa de armas nucleares o a sus ambiciones por la hegemonía regional si no hubiera contraofensivas americanas es sin duda calcular sobre “los resortes más débiles del temperamento humano”. También es descuidar la tarea más importante del gobierno federal: “la seguridad contra el peligro exterior”.
La Constitución otorga al presidente de Estados Unidos el pleno “poder ejecutivo” del gobierno federal. Se le denomina “Comandante en Jefe del Ejército y la Armada de Estados Unidos y de la Milicia de los diversos Estados, cuando se llamen al servicio activo de Estados Unidos”. De esta forma la Constitución concede la máxima autoridad de la seguridad nacional a un solo ejecutivo.
Los medios de comunicación no dejan de mencionar que Estados Unidos “tiene 49.1 millones de pobres”, que la pobreza alcanza “niveles extremos”, que cada vez son más los que necesitan estampillas de comida para sobrevivir, y así por el estilo. Aunque no se puede discutir que haya gente en circunstancias de pobreza, primero habría que analizar qué constituye pobreza en Estados Unidos.