¿El plan de Obama de atacar Siria defiende el interés estratégico de Estados Unidos? ¿Es verdad que a menos que ataquemos a Siria, las armas químicas podrían ser utilizadas de algún modo contra nosotros o nuestros aliados? ¿Es cierto que la credibilidad de Estados Unidos está realmente en juego? ¿Y el ataque planeado cambiará sustancialmente el balance de poder en el conflicto, según se requiere en la propuesta de resolución del Congreso?
Los legisladores vuelven hoy a Washington con sólo nueve días hábiles en la Cámara de Representantes antes de que expiren algunos programas del proyecto de ley agraria, a finales de este mes. Con el límite de la deuda acechando y el Congreso inmerso en las consideraciones sobre una acción militar en Siria, es casi imposible que se lleven a cabo auténticas reformas.
Hace unas semanas, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que la elección de Hasán Rouhaní como presidente de Irán representa “una llamada del pueblo iraní a favor del cambio” y “una oportunidad para que Irán actúe rápidamente para resolver las profundas preocupaciones de la comunidad internacional sobre su programa nuclear”. Sin embargo, puede que esto resulte una vana ilusión.