El presidente Obama se acogió al privilegio ejecutivo para impedir una mayor supervisión por parte del Congreso sobre la Operación Rápido y Furioso del Departamento de Justicia (DOJ) el mismo día que este se lamentaba de la supuesta falta de transparencia entre algunas entidades conservadoras sin ánimo de lucro.
el presidente realiza un juramento único, prometiendo que “ejecutará fielmente el Cargo de Presidente de Estados Unidos” y que “conservará, protegerá y defenderá la Constitución de Estados Unidos”. No necesitamos una nueva Declaración de Independencia, sino que necesitamos a un presidente que defienda y ejerza con brío su legítimo poder, reconociendo que ese poder no es arbitrario o ilimitado.
La sentencia de ayer de la Corte Suprema a favor de los trabajadores no sindicados en el caso Knox vs. SEIU ( Sindicato Internacional de Empleados de Servicios) fortalece significativamente los derechos recogidos en la Primera Enmienda de los trabajadores no sindicados a no tener que contribuir a las actividades políticas de los sindicatos.
El presidente Obama se encuentra ahora con el escándalo de la Operación Rápido y Furioso. A él le corresponde por completo el decidir si quiere estar a la altura de las promesas de transparencia que hizo hace cuatro años o desplegar un velo de silencio que haría sonrojarse al presidente Richard Nixon. Si las trabas continúan y no se renuncia al privilegio, les corresponderá al pueblo americano y a los medios de comunicación exigir el razonamiento para este encubrimiento.