El estado de Wisconsin ha estado nuevamente a la altura de su reputación como incubadora de Grandes Ideas. En el caso de ayer, en el que los votantes derrotaron rotundamente una iniciativa progresista para destituir al gobernador Scott Walker (R), la Gran Idea es que los reformadores que van armados con la fortaleza de sus convicciones pueden ganar, incluso contra las turbas, los sindicatos laborales, Hollywood, los medios de comunicación, el mundo académico y todo lo demás que la izquierda está movilizando estos días. Todo lo que los reformadores necesitan hacer es liderar.
El matrimonio es esencialmente un vínculo emocional. Tal visión posiblemente no pueda explicar mediante principios o respaldar en la práctica las reglas maritales de monogamia, exclusividad y permanencia, o explicar por qué el estado está involucrado en el tema del matrimonio desde el principio. Resolver esta cuestión es una labor de los ciudadanos y de sus representantes electos, no de una corte usurpadora.
En Libertad.org hemos mantenido informados a nuestros lectores sobre lo que conlleva esta ley y las repercusiones que tendría en la forma constitucional de gobierno de la nación. Desde el principio tenía mala pinta el plan progresista del presidente pero ha resultado ser peor aún de lo que nos temíamos.
Además de los miles de regímenes reguladores que la administración Obama ya ha implementado (costándole a Estados Unidos miles de millones de dólares), hay más en camino, lo que promete continuar desbaratando la economía y obstaculizando el crecimiento del empleo. El Congreso puede y debería tomar medidas para poner esta carga reguladora bajo control y que así los americanos puedan ser libres para hacer que el motor económico del país se mueva a todo vapor una vez más.