Por culpa de Obamacare, todos los americanos tendrán ahora que remitir al Servicio de Impuestos Internos (IRS) la información relativa a sus seguros médicos. Por desgracia, este nuevo requisito surge justo en el momento en el que se han planteado serias dudas acerca de la capacidad del IRS para administrar de forma competente esas historias clínicas personales.
Recientes informes indican que un empleado de un contratista del gobierno filtró a los medios de comunicación los detalles de un programa de vigilancia clasificado de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Le preguntamos a James Carafano, autor de un libro sobre el uso de contratistas por parte de Washington (Private Sector, Public Wars), su opinión sobre estas recientes revelaciones.