En todo Estados Unidos, las familias están balanceando sus presupuestos e incluso saldando sus deudas. Desde el pánico financiero de 2008, la deuda privada ha caído a medida que los americanos se han ido apretando el cinturón y devolviendo sus préstamos. Por desgracia, algunos se tuvieron que declarar en bancarrota debido a que sus deudas se hicieron demasiado grandes. Pero Washington no se puede declarar en quiebra; en cambio, debe seguir el ejemplo de millones de americanos y reducir el gasto para vivir dentro de sus posibilidades.
Se esperaba que el presidente Obama hiciera una defensa del aumento del límite de la deuda en la rueda de prensa de ayer por la mañana. Toda esta situación viene a consecuencia de que los republicanos de la Cámara de Representantes han ido supuestamente sopesando la posibilidad de los “impagos” y del “bloqueo del gobierno”. Aunque es alentador que los conservadores se estén preparando para la lucha política, es importante que los responsables políticos y la opinión pública sigan teniendo perfectamente claros esos dos términos.
El Día de Año Nuevo fue duro para los contribuyentes, pues entraron en vigor trece subidas de impuestos. El acuerdo que alcanzaron el Congreso y el presidente Obama y que finalmente evitó (aunque sólo parcialmente) el abismo fiscal, tuvo como resultado siete subidas de impuestos más las otras subidas por Obamacare.
La vida es fácil cuando se tiene la mayoría, tanto que el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid (D-NV), parece creer que la tendrá para siempre. En la práctica, Reid ya ha acabado con la posibilidad de que los senadores de la minoría presenten enmiendas a los proyectos de ley. Ahora está maniobrando para cambiar las reglas del Senado