Existe una gran equivocación en Estados Unidos respecto al equilibrio entre comercio y empleo. Muchos equiparan los déficits comerciales y los incrementos en las importaciones como algo negativo para el empleo. Sin embargo, no podrían estar más equivocados. En realidad, un mayor número de importaciones es signo de prosperidad y abundancia de puestos de trabajo. Cuando la economía de un país crece, se crean más empleos y la gente tiene más dinero para gastar en bienes, incluidos los importados.
El Congreso está actualmente discutiendo el futuro de los programas agrícolas de Estados Unidos. En 2011, los contribuyentes subsidiaron a los agricultores con un total de $10,400 millones mediante pagos públicos. Ahora, imagine que el gobierno tuviera un modo de incrementar los pagos a los agricultores a la vez que reduce a cero los subsidios del contribuyente.
Pues tal política de actuación existe. Se llama libre comercio.
El comercio está de nuevo en la agenda del presidente Obama, debido a algunas menciones destacadas incluidas en su discurso sobre el Estado de la Unión. Según el presidente, las propuestas para los Acuerdos de Asociación Transpacíficos y Transatlánticos deberían impulsar las exportaciones y crear empleos en Estados Unidos.
Sin embargo, las exportaciones son sólo una cara de la moneda. El libre comercio también impulsa las importaciones. Estas no sólo proporcionan bienes baratos y productos diferentes a los consumidores americanos, sino que también crean miles de empleos.