Aquellos que hoy esperaban buenas noticias económicas desde Washington, se encuentran con una horrible decepción. Según el más reciente informe de empleo por parte del Departamento de Trabajo, la economía creó sólo 69,000 empleos en mayo (bastante por debajo de las expectativas) a la vez que la tasa de desempleo subió hasta el 8.2% y las cifras de empleo desde marzo y abril fueron revisadas a la baja de manera significativa.
No importa lo que la retórica electoral inspire en estos días, los hechos puros y duros hablan de una realidad distinta a la que nos quieren pintar. El presidente ha gastado demasiado y por el camino, nos ha endeudado mucho más de lo imaginado. Lo mejor que podríamos empezar hacer para alterar este rumbo a la bancarrota es empezar a frenar el gasto. Así evitamos terminar en la triste situación de Europa. Pero en año electoral, nos ofrecerán que nos van a dar más cosas, aunque no tengan con qué pagarlas.
A Obama le gustaría ser visto como alguien que reduce los impuestos y que ha demostrado templanza fiscal, pero también quiere seguir poniendo más impuestos y gastando. Pero tan cierto como que las manzanas caen del árbol hacia abajo, no hacia arriba, el presidente Obama es un gran despilfarrador que ha hecho cualquier cosa menos mostrar templanza fiscal. Simplemente, hay algunas leyes de la naturaleza que no pueden ser negadas.
el país del mundo que encabezó la lista de acreedores del año pasado no fue China. Y ciertamente no fue Estados Unidos. Fue Japón y puede que Ud. recuerde noticias como: “Japón no ha crecido durante los últimos 20 años”. Nadie piensa que Japón se esté apoderando del mundo, más bien al contrario: Japón está bajando puestos en las clasificaciones de las potencias económicas globales. ¿Cómo puede estar haciéndolo tan mal el mayor acreedor del mundo?
Aunque Europa necesita soluciones, desde luego que no debería estar mirando al presidente Obama en busca de respuestas. Durante su mandato, el desempleo ha subido, más gente está desempleada durante más tiempo, los precios del combustible son más altos, el costo del seguro médico ha aumentado, la deuda nacional es mayor, el gasto federal se ha incrementado, más americanos necesitan estampillas de comida, los costos de los regímenes reguladores son mayores, el valor de las casas ha descendido, la recuperación económica de Estados Unidos es históricamente lenta y aunque el gasto federal en educación ha aumentado, los resultados siguen igual de planos.
Gracias al senador Lee, al representante Ryan, al senador Toomey y a otros como ellos, existen propuestas, ideas y planes para reducir al gasto, arreglar los derechos a beneficios, reformar el código tributario y asegurarse de que se defiende correctamente a Estados Unidos. Lee tiene razón, no hacer nada no es un opción. Pero con las iniciativas de los conservadores en el Congreso, hay muchas buenas opciones sobre la mesa. Ojalá sus colegas se unieran a ellos para tomar medidas.