No ponga mucha fe en la idea de que los políticos en general saben de economía. Muchos ciudadanos lo creen y se basan en la premisa de que “por algo los habrán elegido, si no, no estarían ocupando el cargo…” Pero la realidad es otra, mire a la pobre Venezuela o el giro negativo que está dando el hasta ahora próspero Chile.
Comentaba el periodista y escritor español Javier Reverte sobre el fracaso europeo, “que tiene dos caras: la de un capitalismo que ha vuelto a recuperar sus hábitos de voracidad despiadada y la de una ideología socialdemócrata que no ha sido capaz de sujetar las riendas al desbocado capital financiero”.
Todo el mundo entiende esto: el que paga, manda. Lo inteligente del mensaje antiliberal es, como siempre, el escamoteo de su alternativa. ¿En el mercado, el que paga, manda? ¿Y qué pasa cuando no hay mercado? Según la retórica antiliberal, parece como si, en ausencia del perverso mercado, no mandara nadie.
Leí este titular sobre el presidente francés: “Hollande reclama a su Gobierno que concilie crecimiento y justicia social”. Y el famoso actor mexicano Gael García Bernal declaró: “La falta de justicia social es el mayor lastre que carga México y el resto de Latinoamérica. Sin paz social no hay justicia. Hay una cantidad absurda de millonarios, y una cantidad absurda de pobres”.