Los rumores sobre la desaparición del escándalo de Bengasi son enormemente prematuros. En estos días, los veteranos de las Fuerzas Especiales se reunieron en el Congreso para mostrar un listado de firmas de más de 18 metros de longitud exigiendo una petición de retirada de la legislación que autoriza a un comité selecto de la Cámara de Representantes a investigar lo ocurrido en Bengasi.
Este mes, los americanos tendrán finalmente la oportunidad de ver y escuchar la programación de noticias que el gobierno de Estados Unidos ha estado transmitiendo al resto del mundo durante décadas. Se trata de algo positivo, pues los americanos se deberían beneficiar y estar informados de las noticias que pagan con su dinero, por un total de $730 millones anuales.
Irán ha elegido una vez más a un líder “moderado”, tal y como nos están contando las noticias. ¿Cuántas veces hemos oído esto antes?
La elección para la presidencia del clérigo musulmán Hasán Rohani, un candidato al que en los días previos a la votación no se le concedía casi ninguna posibilidad de victoria, ha causado una explosión de fiestas y celebraciones en las calles de Irán.
Otro día, otro escándalo en el Departamento de Estado.
Esta vez se trata de las acusaciones de conducta sexual inapropiada que han surgido contra el embajador de Estados Unidos en Bélgica, Howard Gutman. Además de eso, responsables de alto nivel del Departamento de Estado, que en ese momento estaba dirigido por Hillary Clinton, están acusados de cancelar una investigación de la oficina del Inspector General (IG) del Departamento sobre la conducta de Gutman.
La sesión de declaraciones sobre los sucesos de Bengasi celebrada el pasado día 8 de mayo en el Comité de Supervisión y Reforma del Gobierno de la Cámara les proporcionó a los americanos el primer relato público por parte de un testigo ocular de los hechos acaecidos en Libia el 11 de septiembre de 2012.