Hace unas semanas, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que la elección de Hasán Rouhaní como presidente de Irán representa “una llamada del pueblo iraní a favor del cambio” y “una oportunidad para que Irán actúe rápidamente para resolver las profundas preocupaciones de la comunidad internacional sobre su programa nuclear”. Sin embargo, puede que esto resulte una vana ilusión.