El 14 de octubre de 1962, los responsables políticos de Estados Unidos se enteraron de que la Unión Soviética estaba construyendo en Cuba bases para misiles que habrían permitido a Moscú atacar cualquier lugar del territorio continental de Estados Unidos en cuestión de minutos. Por ejemplo, los expertos de la Fundación Heritage Michaela Bendikova y Baker Spring nos recuerdan que “Fidel Castro y el Che Guevara animaron a los soviéticos a usar misiles balísticos estacionados en Cuba para atacar a Estados Unidos”.
Ayer se cumplieron 11 años de la invasión liderada por Estados Unidos en Afganistán, que se lanzó justo tres semanas y media después de los atentados del 11 de septiembre. Recientemente, se alcanzó la marca de la baja número 2,000 entre las tropas de Estados Unidos en Afganistán. Esta cifra (junto con el horror de los “ataques desde dentro” cometidos por soldados afganos contra los aliados) requiere de una explicación acerca de la situación en la que se encuentra Estados Unidos en Afganistán.
Washington es conocido por filtrar el último día laborable de la semana las noticias que no quiere que se examinen demasiado a fondo. De modo que el pasado viernes era el momento adecuado para que la Oficina del Director Nacional de Inteligencia (ODNI) hiciera pública una declaración acerca de los conflictivos informes de la administración Obama sobre el ataque que acabó con la vida del embajador de Estados Unidos en Libia.
Durante su intervención del 26 de septiembre en el programa 60 Minutos, el presidente Obama describió las relaciones de Estados Unidos con los gobiernos de Medio Oriente como tener “baches en el camino”. El Gráfico de la Semana muestra algunos sucesos clave relacionados con la región desde que Obama ocupó el cargo.