Si el pasado es prólogo, la obsesión actual con el gasto deficitario keynesiano como estímulo desaparecerá, como siempre lo ha hecho en el pasado, tanto en este país como en otros lugares. Tal vez este sencillo artículo del Washington Post marque el comienzo del fin de la más reciente encarnación de este disparate fiscal.
El plan del presidente no es bajar el precio de la energía (esa que viene de las fuentes que al presidente no le gustan) sino hacer que el precio de esa energía suba hasta los niveles del precio de la energía verde. Y no lo decimos nosotros sino el mismísimo presidente y su secretario de Energía, Stephen Chu. Vean y escuchen Uds. mismos en el video que hoy les presentamos.
¿Y en que consiste este ideario progresista? Básicamente en la idea de la redistribución permanente y sin límites de los bienes naturales. Todos sus otros atributos en definitiva se reducen a eso. Lo que el redistribucionismo pretende es la igualdad de resultados, independientemente de las potencialidades y de los esfuerzos de cada persona.