El Kremlin asestó un golpe diplomático a las relaciones entre Estados Unidos y Rusia cuando Moscú concedió asilo político temporal al exanalista de la NSA Edward Snowden. Así que ahora puede que la Casa Blanca cancele una cumbre entre ambos países que estaba programada para principios de septiembre, aparte de que la política de reinicio de Obama respecto a Rusia requerirá de una reevaluación significativa.
Al inicio de su más reciente gira de discursos, el presidente Obama dijo que Estados Unidos debe “volver a forjar escaleras de la oportunidad para todos aquellos americanos que aún no lo han logrado”. Sin embargo, sus normativas económicas han hecho que, en realidad, para muchos americanos sea más difícil escapar de la pobreza y de un sistema de asistencia social que hace poco por fomentar la autosuficiencia.
El Departamento de Estado cerró 21 embajadas de Estados Unidos durante el fin de semana y emitió una alerta para los americanos que viajen a Medio Oriente y el norte de África, advirtiendo de posibles amenazas terroristas en la región.
¿De dónde provienen los informes de los servicios de inteligencia que provocaron esta advertencia?
El “Estado del Bienestar” es la manida frase que describe los programas estatales o “beneficios sociales” que un país paga con el dinero del contribuyente. El concepto viene del alemán Wohlfahrtsstaat (Welfare State en inglés). En pocas palabras, es un concepto humanista y noble, que intenta garantizar una base de seguridad para todos los ciudadanos de un país. Sin embargo, el “Estado del Bienestar” también es considerada táctica necesaria para la estrategia estatal de muchos gobiernos y líderes déspotas que buscan acrecentar su poder vendiendo la idea del sueño igualitario de la sociedad utópica.
El presidente Obama dio el pasado día 30 de julio el segundo de su serie de discursos de verano sobre economía. Como en el primero de la semana anterior, recicló varias políticas de actuación antiguas que ya había presentado antes. La única normativa nueva de interés fue otro intento por presentar lo que él denominó una “gran oferta”.