Nuestro gobierno no es responsable del contenido de las películas que se hacen, los libros que se escriben o los blogs que se publican por parte de los americanos. Ni debería condenar ni justificar el contenido de la libertad de expresión. Este es un mensaje complicado, pero se trata de algo que en el extranjero necesitan oír una y otra vez.
Grupos de manifestantes irrumpieron hoy en la Embajada de Estados Unidos en Yemen e incendiaron el edificio. Al igual que hizo la turba del martes en Egipto, derribaron la bandera americana. También están circulando informes de una protesta espontánea hoy en Teherán con alrededor de 500 iraníes cantando “Muerte a Estados Unidos”. Mientras tanto, un antiguo mentor de Osama bin Laden pidió a sus seguidores que imitaran lo sucedido en Libia y Egipto.
La cuestión a la que nos enfrentamos hoy en día es si el federalismo está vivo todavía en nuestra actual república. ¿Pueden el tamaño y el alcance del gobierno nacional ser devueltos a los límites constitucionales? ¿Qué pueden hacer los estados para frenar la expansión invasiva del gobierno central en áreas de tradicional control estatal? ¿Cuán peligroso es esto para nuestra supervivencia en el tiempo como nación soberana?
Una de las escenas que más llama la atención de la película 2016: Obama’s America es la que muestra la cumbre nuclear del presidente del año 2009. La idea que estaba detrás de la cumbre era que si Estados Unidos lideraba al mundo con la reducción de su arsenal nuclear, otros lo seguirían. Estaríamos creando una igualdad de condiciones, creando un mundo en el que muchos países tendrían el mismo poder y llegaríamos finalmente, según Obama, a un “mundo libre de armas nucleares”. Por supuesto, el presidente también prometió que revertiría el calentamiento global y que frenaría la subida del nivel del mar.