No hace falta un pedazo de mármol para recordar a James Madison. En su lugar, tenemos la Constitución que creó la estructura para una libertad ordenada y más de 200 años de gobierno republicano estable y pacífico. Tenemos la Carta de Derechos que señala las libertades individuales específicas que todos los americanos poseen, especialmente el derecho a la libertad religiosa. Y, lo que es más importante, tenemos su legado aceca de cómo defender este documento.
A ver si finalmente los políticos de ambos partidos entienden que no pueden seguir gastando indefinidamente. Allí está el problema, no en la poca recaudación. Estados Unidos está a punto de convertirse en el país que cobra el impuesto sobre sociedades más alto del mundo. Después de décadas de esta equivocada línea de actuación, estamos endeudados hasta las orejas, pero lo peor es que, egoístamente, estamos arruinando el futuro económico de las nuevas generaciones. Es hora de cambiar o el Sueño Americano será historia.
Las condiciones de vida de los pobres según la definición del gobierno tienen poca semejanza con las nociones de “pobreza” promovidas por políticos y activistas políticos. Si la pobreza se define como la falta de alimentos nutritivos adecuados para la familia, un apartamento razonablemente cálido y seco o un auto para ir a trabajar cuando se necesite, entonces Estados Unidos tiene relativamente pocas personas pobres.
todas las estrategias de la administración y de sus aliados progresistas consisten en cómo transmitir mejor el mensaje de esta odiada ley según se aproxima el aniversario de su aprobación y mientras la Corte Suprema esté escuchando los argumentos orales sobre su constitucionalidad. Ojalá la administración pusiera el mismo empeño en bajar los precios del combustible o en crear empleos.
Hay que lograr que Estados Unidos pueda mantener una sólida presencia militar más allá de 2014 para realizar misiones de entrenamiento y antiterrorismo. Esta es una estrategia mucho más prometedora que entablar negociaciones con pocas posibilidades de éxito con los talibanes y que probablemente sólo serían exitosas dándoles mayor legitimidad política a ellos y a su ideología extremista.