La lucha de clases no es nada nuevo, desde luego, pero es particularmente irónico que muchos de los hispanos a los que el presidente Obama se dirige en su campaña electoral son sumamente conscientes de estas tácticas ya que recientemente abandonaron sus países en América Latina, donde los políticos llegaron al poder bajo el pretexto del “socialismo del siglo XXI”.
Ayer, Estados Unidos se enteró de que Irán estaba conspirando para lanzar un ataque terrorista en Washington DC, donde planeaba el magnicidio del embajador saudí y atentados bomba contra las embajadas saudí e israelí. Las autoridades americanas desbarataron el complot y presentaron cargos contra los hombres que planeaban llevar a cabo el ataque, pero la audacia de las acciones de Irán subrayan una verdad perturbadora
Primero se metieron con los donuts y pocos se atrevieron a defender el aceite vegetal parcialmente hidrogenado. Luego se metieron con los refrescos, declarando prohibido el jarabe de maíz con alto contenido en fructosa. Ahora andan tras las habas, las arvejas y el maíz y la empujándonos hacia una dieta nacional de puro queso de soja y col.
La administración también debe quitarse los “guantes de seda” en sus tratos con Irán. Además de la plena aplicación de las sanciones, la Casa Blanca debe comenzar a presionar seriamente al régimen de Teherán respecto a su abismal situación de derechos humanos. En cuanto a los sospechosos, debería presionarse a la administración para que explique lo que el gobierno de Estados Unidos está haciendo con respecto a traer de regreso a Estados Unidos al sospechoso Gholam Shakuri, miembro de la Fuerza Quds de Irán asentado en ese país, para que se enfrente a la justicia.