Como muestra El Gráfico de la Semana, Estados Unidos está camino de la misma suerte y hace falta políticos valientes que sepan enfrentar la situación y no nos prometan el cielo cuando no pueden dárnoslo. Hay que agarrar el toro del déficit por los cuernos y no permitir que la deuda siga en aumento porque si no, acabaremos como Europa.
Mientras los americanos sin empleo sufren una falta de trabajo récord, mientras las familias y las empresas se preparan para un gigantesco aumento de impuestos y mientras Estados Unidos se encamina hacia un colapso fiscal, algunos en Washington son incapaces o no están dispuestos a tomar medidas para darle la vuelta a la situación del país. Hay buenos y honrados líderes en la capital de nuestra nación que han propuesto el tipo de normativas necesarias para devolver a Estados Unidos al camino correcto, sin embargo hay otros que prefieren el bloqueo antes que tomar medidas. Por desgracia, el habitual bloqueo en Washington es el reflejo opuesto a las medidas tomadas en lugares como la cámara estatal de Wisconsin y el pueblo americano está pagando sus consecuencias.
Los casi 80 diferentes programas de bienestar social que opera el gobierno federal también necesitan una reforma sustancial. En lugar de abordar las causas de la pobreza, el enfoque de Washington ha sido gastar más dólares del contribuyente –cerca de $ 1 billón por año– en un creciente número de programas que tienden a atrapar a los pobres en la pobreza. Ninguno de estos programas incluye disposiciones funcionales para promover la responsabilidad personal, como los requisitos de trabajo y límites de tiempo. Y el gobierno ha hecho mucho más fácil que la gente reciba asistencia social desalentando el trabajo.
No importa lo que la retórica electoral inspire en estos días, los hechos puros y duros hablan de una realidad distinta a la que nos quieren pintar. El presidente ha gastado demasiado y por el camino, nos ha endeudado mucho más de lo imaginado. Lo mejor que podríamos empezar hacer para alterar este rumbo a la bancarrota es empezar a frenar el gasto. Así evitamos terminar en la triste situación de Europa. Pero en año electoral, nos ofrecerán que nos van a dar más cosas, aunque no tengan con qué pagarlas.
Como muestra El Gráfico de la Semana, el Plan de Heritage busca reducir el gasto, arreglar la deuda y restaurar la prosperidad. Lo mejor es que lo hace sin subirnos los impuestos. Bastante pagamos ya. Para Salvar el Sueño Americano nos baja los impuestos y frena el gasto desbocado que nos está llevando a la ruina. Pero además de ser un plan de naturaleza económica, “tiene un propósito moral más alto. Si los derechos a beneficios no se reforman, la próxima generación y las futuras tendrán que pagar tasas de impuestos punitivos que pondrán fin a la libertad como la hemos conocido”.
Desde el comienzo de la recesión, el mundo académico, prestigiosas instituciones internacionales y la mayoría de los funcionarios públicos presionaron para que se llevara a cabo un masivo gasto en estímulo económico. Suecia rompió la tendencia, centrándose más bien en reducir los tipos impositivos marginales y haciendo retroceder la expansión del gobierno