¿Qué ingredientes posee el discurso de la izquierda, que cuanto más radical, más deja encandilados a un gran número de ciudadanos? El problema para mí está cuando los enloquecidos, los encantados, los alucinados, porque de todo hay, son personas que gozan de un confortable nivel económico, quizá también de un nivel de instrucción por encima del promedio.
Nos dicen que hay que sacrificar la libertad para alcanzar la prosperidad. Mentira. Ése es un falso dilema generalmente planteado por los autoritarios. La prosperidad es muy conveniente para nuestro bienestar material, pero la libertad es absolutamente necesaria para nuestro bienestar emocional. No hay que elegir.